martes, 19 de abril de 2011

Invierno, violencia, corrupción, qué más puede esperar Colombia?

La semana mayor en el mundo católico, nos lleva a reflexionar, a formularnos una serie de preguntas que seguramente no hallarán adecuada respuesta.
Hoy nos hallamos sumidos en profunda inquietud, cuando vemos que nuestro país se debate en medio de una fuerte ola invernal que viene desde finales del año anterior y que toma nueva fuerza, dejando hasta ahora numerosas víctimas, además de los desastres que trae a su paso.
Aparejado a esto, nos continuamos enfrentando a la terrible violencia que no descansa y algo deprimente, la corrupción que se ha incrustado en los diversos estamentos de la nación hasta prácticamente postrarla.
Cualquiera creería que se trata de una visión amañada de quien escribe la presente nota, pero no, es la triste realidad.
Nunca antes había confluído tal suerte de situaciones adversas como las que vivimos los colombianos y a las que no les vemos una pronta salida, empezando por el invierno cuyas consecuencias son mayores a medida que se acentúan las lluvias. Los homicidios se dan por doquier ante el mudo asombro de los ciudadanos.
Ni qué hablar de la corrupción, cuyos tentáculos ha penetrado por los más recónditos niveles del sistema estatal hasta llevarlo al colapso. Las escandolsas sumas de dinero amasadas por inescrupulosos con base a contrataciones amañadas amenaza con llevar a la esfixia económica a importantes organismos del gobierno, sin que al parecer se pueda lograr su pronto y adecuada recuperación y menos que los responsables sean severamente castigados.
Porqué Colombia ha llegado a tal situación?

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