Las revelaciones hechas por WEAKILKS sobre el programa de interceptaciones telefónicas adelantadas en gran escala por los Estados Unidos en el mundo, ha ocasionado una gran conmoción en todos los niveles sociales.
Las divulgaciones han motivado la normal sorpresa porque no se esperaba que el país más poderoso de la tierra en el órden defensivo, más no en el económico, pusiera en práctica un plan de tal magnitud encaminado a conocer íntimos secretos, íntimos movimientos de los distintos gobiernos, especialmente de aquellos que siempre ha considerado no son sus adeptos.
Es apenas normal pensar que Estados Unidos, como potencia, utilizara sus distintos cuerpos secretos para adelantar espionajes, conseguir informaciones de gran interés para ellos, pero no que el asunto se hiciera empleando para ello todas las delegaciones diplomáticas, porque en qué posición quedan ahora cuando sus representantes ya no serán objeto de confianza alguna y no se extrañe que en algunos lugares se disponga el retiro de esas srepresentaciones por considerarlas peligrosas a su seguridad interna.
Ésto es sólo una posibilidad, pero vayamos a algo también real, el plan de seguimiento telefónico que se puso en marcha por el anterior gobierno en Colombia, ahora mirando bien la situación, podemos señalar que no fue más que una copia de lo que se hacía por el gran país del norte a gigante escala.
Aquí queda demostrado que el hijo casi siempre sigue los ejemplos del padre y aquí los pasos fueron seguidos al pie de la letra porque las chuzadas se dieron a diestra y siniestra, además había que cumplir una tarea.
El gobierno americano, pues, tiene que darle duna explicación al mundo.
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